Entre 600 y 700 personas acudieron ayer lunes, día 30, a la concentración que, convocada por la Asociación Profesional de Vendedores de Prensa de Valencia y Provincia (APVPVP), se reunieron pacíficamente frente al edificio de la Conselleria de Sanidad y Consumo, en Valencia, para hacer patente el rechazo de los titulares de los quioscos valencianos a la llamada «Ley antitabaco».
Para desgracia de quien hubiera disfrutado con el naufragio de la concentración, no sólo estaban allí los quiosqueros expresando su protesta, sino que varios medios de comunicación hicieron un amplio despliegue de medios para recoger puntualmente lo que allí aconteció y, de paso, pulsar algunas opiniones de miembros de la Junta Directiva y titulares de puntos de venta.
Es muy lamentable que, después de más de treinta años de democracia, un colectivo como el de los quiosqueros, en Valencia y en otros puntos de de nuestro país, tengan que gritar «¡Libertad, libertad!», el eslogan, por cierto, más coreado por los asistentes, y tener que echar mano de pancartas reivindicativas. Cuando una franja de la sociedad tiene que hacer uso de consignas que ya creíamos superadas es porque, por desgracia, aún quedan asignaturas pendientes, el atropello no ha sido desterrado y las discriminaciones están lejos de haber sido abolidas en España.
El tiempo acompañó y, aunque el cielo estaba encapotado y amenazando lluvia, quiso hacer un paréntesis para que no todo fueran reveses para los quiosqueros. Las gotas aparecieron al final, cuando la presidenta de la Asociación, Ana Valle, leía los últimos párrafos del comunicado que, con posterioridad, entregaron a uno de los máximos responsables de la Conselleria de Sanidad y Consumo, que tuvo a bien recibir a nuestra presidenta y al tesorero de la Asociación, José Miguel Sánchez. En dicho encuentro, el responsable de la Conselleria de Sanidad y Consumo se comprometió a abrir vías de diálogo que permitan vislumbrar soluciones.
El texto, cuyo destinatario último es el ejecutivo de Madrid, pero del que toda la clase política debe darse por aludida puesto que la «Ley antitabaco» fue aprobada por todos los grupos políticos, sin excepción, reza entre otras cosas: «Si la sensibilidad que su Gobierno y el Grupo Parlamentario que lo sustenta en las Cortes han tenido en la elaboración de esta Ley, se hubiera trasladado a nuestro Colectivo en el trámite parlamentario, donde fuimos ignorados y despreciados, no se hubiera consumado la marginación que hoy sufrimos en beneficio de un colectivo (la red de estancos), que ve cómo se consolida y amplia su monopolio el de la venta del tabaco, junto a otros productos del Estado también en exclusiva, lo que difícilmente se puede entender y defender en una economía abierta como la nuestra, que ha venido combatiendo y desarmando cuantos monopolios pugnaban con la libertad de mercado, proclamada tanto por nuestra Constitución, como por la Comunidad Europea».
Sobre las 11.30 horas el tono de los allí concentrados subió de tono, pues no en vano el sector está «muy caliente» y, lo que es peor, sin que por parte de los poderes públicos, a la cabeza el ejecutivo de Madrid, exista la voluntad de deshacer lo que es un atropello intolerable y un ataque a la libertad de comercio. En cualquier caso, la protesta siempre estuvo dentro de los cauces de responsabilidad que han caracterizado desde siempre al sector.
A destacar la presencia de compañeros de Alicante a los que, a última hora, se añadieron compañeros de Castellón.
Sobre las 12 horas, la concentración concluyó, momento que aprovecharon distintos medios de comunicación para volver a hacer algunas entrevistas.
Declaraciones a elkiosco.info
La presidenta de la Asociación, Ana Valle, resaltó a elkiosco.info «que no es el fondo de la ley lo que nos replanteamos ni su potencial beneficio en la salud de la población, sino el perjuicio económico que la discriminación en su venta está produciendo en los quioscos», para añadir que: «El profesional del quiosco está lo suficientemente preparado para la venta de tabaco, igual que los estancos, y tiene la necesaria capacidad para hacerlo con estricto cumplimiento a la legislación, ¿Por qué un estanco sí que puede hacerlo y a nosotros se nos niega? Es un aspecto de la ley tremendamente contradictorio y discriminatorio».
Ana Valle anunció que «se presentarán más de un millón firmas ante el Ministerio de Sanidad, en Madrid, en lo que constituye la demostración palpable del perjuicio que esta ley está produciendo a muchas familias» y, preguntada por el cierre y la movilización que acababan de tener lugar en Valencia, manifestó que «la concentración del día de hoy ha sido un rotundo éxito de participación y de apoyo de los quioscos valencianos a la convocatoria. No descartamos nuevas movilizaciones, de este o de cualquier otro tipo, en la defensa de nuestros intereses».
El presidente de la Asociación de Vendedores de Prensa de Castellón, José Muchola, declaró, por su parte, que «los quioscos ya llevamos mucho tiempo con un deterioro importante en la economía de nuestro negocio. Muchas veces hemos oído a fuentes gubernamentales pidiendo que a través del quiosco la gente busque un mayor grado de cultura, pero con esta serie de disposiciones legales, como es la ley antitabaco, cada vez más se aleja a posibles clientes de acudir al quiosco como punto, también, de cultura y formación».
Ángel Picazo, miembro de la Junta Directiva de la APVPVP incidió en que «el ciudadano que acudía a comprar tabaco al quiosco no solamente adquiría su cajetilla, sino que también solía comprar el periódico, golosinas o cualquier otro productos de los que ofertamos. Estamos de acuerdo que nadie debe de fumar en ningún centro de trabajo pero el tabaco se debe de poder vender en los quioscos, o que no lo venda nadie, ni quioscos ni ningún otro establecimiento».
El también miembro de la Junta Directiva, Luis Herranz, subrayó lo que, en fondo, es caballo de batalla de la movilización de ayer, día 30, como son las graves pérdidas económicas del sector. «Las pérdidas de hasta un 40% que tenemos —afirmó Herranz— no son directamente de la prohibición de venta de tabaco sino que son el cúmulo de falta de venta del resto de productos de nuestros quioscos. No vender tabaco arrastra a pérdidas de ventas del resto de nuestra oferta comercial».

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