No se trata de la plaga de medusas que durante estas semanas está asolando las costas del Mediterráneo y que con sus picaduras mantienen a raya a los bañistas, no. Nos referimos a esa avalancha, de lo más variopinta, que llegará a los quioscos de prensa, cual azote endémico, en la segunda quincena de agosto. Hablamos —¡cómo no! — de los coleccionables.
Lo que antaño constituía obras de tipo exclusivamente impreso —cuadernillos o volúmenes completos— hoy se ha convertido en toda una panoplia de productos de lo más insospechado. Cuando echamos una ojeada a este muestrario que los quioscos expondrán en estanterías —y suelos— de los establecimientos nos resultará imposible dejar de sorprendernos ante algunos de ellos.
Hace unos días, una quiosquera con muchas horas de vuelo nos comentaba que, cada año, cuando aparecía una nueva colección de miniaturas o de cualquier otro objeto, y pensabas que ese producto era prácticamente imposible que tuviera aceptación, se llevaba la sorpresa de comprobar que era… el que más se vendía. Con lo cual habrá que convenir que por muy disparatada, a priori, que parezca una colección, nos maravillará su posterior aceptación. Cuestión de gustos.
¿Con qué nos asombrarán, esta vez, PLANETA, EDICIONES DEL PRADO, RBA, SALVAT…? A las tradicionales obras literarias —antiguas y modernas—, a las películas de éxito en DVD o las más rancias remasterizadas, los cursos de idiomas y las enciclopedias, se añadirán los relojes, plumas estilográficas, abanicos, dedales, maquetas de aviones, trenes, barcos y las más insospechadas “miniaturas”. ¿Con qué cartones nos obsequiarán para acompañar y visualizar su producto? ¿Cuántos centímetros cuadrados tendrá el soporte de la cosa?
Los repartidores de las distribuidoras suelen tener malos sueños cuando llega esta época —los vehículos van “a tope”—, pero al quiosquero le aquejan pesadillas por el volumen de cartón, cuya función aún no está muy clara y que, al final, acaban en el contenedor más cercano, habida cuenta que el cliente, por lo común, no tiene la menor intención de “apechugar” con tales “virguerías descomunales” fruto del marketing más agresivo.
Como dijimos ayer, elkiosco.info va a hacer un seguimiento de este “alud del coleccionable” que se nos avecina: las más innovadoras, las clásicas, las de mayor aceptación, las más y menos vendidas y, sobre todo, la opinión de primera mano de los profesionales. Hemos pensado darle un premio horroris causa al cartón más grande, porque —señores editores— los metros cuadrados de la mayoría de los quioscos están reñidos con esta explosión de celulosa, reñida además con la paciencia del profesional.
Ya están aquí: que vienen, que vienen… que vienen, que vienen…