El pasado 4 de agosto nos preguntábamos en el artículo titulado “¿Ha llegado la crisis también a los gratuitos?” por la incidencia de la crisis en el mundo de la prensa gratuita. Y lo hacíamos a raíz de las noticias aparecidas en distintos medios de comunicación que exponían la evidencia de la crisis de “20 minutos” el diario gratuito de mayor tirada de España.
La crisis está afectando al conjunto de la prensa gratuita, y no sólo por la coyuntura veraniega, sino porque la situación financiera de la tarta publicitaria se está cebando con especial importancia en las publicaciones gratuitas que son las que tienen en la publicidad el principal pilar de subsistencia y dependencia. En distintos medios de comunicación de internet se habla abiertamente de “la crisis de los gratuitos”.
Si como ya apuntábamos en el artículo a que hacíamos referencia, las vacas flacas estaban llegando a “20 minutos”, no le van a la zaga el resto de publicaciones gratuitas. Todas ellas, “ADN”, “Metro” y “Qué!” —las de mayor tirada nacional— sufren en mayor o menor medida un progresivo hundimiento y una situación de incertidumbre profesional.
Es evidente que en tiempos de crisis el sector de la publicidad selecciona la calidad y los medios de transmisión para llegar al consumidor, puesto que el destinatario del mensaje publicitario puede —presumiblemente— no ser el habitual lector de gratuitos. La prensa de pago o de calidad —como nosotros solemos definirla— es la que pertenece a lectores con un segmento de disponibilidad al consumo más apetecible para los canales publicitarios, o por lo menos, con mayores posibilidades que el habitual destinatario de la publicación gratuita. Ello conlleva que la tarta publicitaria busque “sabores” más tradicionales y seguros. El lector de periódicos tradicional demuestra un interés por un producto de calidad que tiene su correspondiente coste, lo que conlleva a encontrar más posibilidades de adquirir los productos que se publicitan en él. Las inversiones en publicidad, en épocas de crisis, siempre buscan la fidelidad antes que la aventura.