Era, es y será un tema cantado. La aparición de la prensa gratuita significó, ni más ni menos, que un nuevo operador empresarial de gestión publicitaria. Los grandes grupos financieros españoles de la comunicación se subieron al carro para no perder cuota en el reparto de la tarta de la publicidad. En eso ha consistido, básicamente, toda la existencia comercial —corta, a lo que se ve— del proyecto editorial de los gratuitos.
Hoy hemos conocido que “Metro” ha desaparecido, por sorpresa, del mundo de la comunicación española. Sólo quedan —Alicante, Castellón y Valencia— algunas empresas independientes adscritas a la cabecera. Ayer, jueves 29 de enero, la empresa sueca se lo hizo saber a los trabajadores de su filial española. Nos sabe mal por los empleados despedidos, pero también deberíamos preguntarnos dónde quedan ahora todos aquellos artículos y comentarios periodísticos que auguraban y mantenían que el futuro de la prensa escrita pasaba por el dominio incontestable de los periódicos gratuitos.
“Metro” ya ha hecho mutis por el foro, —a pesar de que su difusión era de las más reconocidas en el EGM— pero según todas las noticias aparecidas en internet los demás gratuitos no le van a ir a la zaga. El resto de este tipo de publicaciones están trufadas de expedientes de regulación de empleo y de recortes organizativos y de plantilla.
También conviene recordar que tal y como siempre hemos defendido desde la APVPVP, las inversiones publicitarias en periódicos gratuitos no eran realmente definitorias de su alcance, puesto que no es lo mismo anunciarse en un periódico serio —que además de la información está apadrinando un trayectoria profesional y tradicional— que hacerlo en un medio —los gratuitos— que en la mitad de los casos acaba en la papelera y que se lee con un sentido de la atención lectora verdaderamente escaso (pendiente de la estación próxima en la que el lector ha de bajar). Ahora se constata que los recortes en publicidad se han cebado en el sector menos garantista.
También es bueno que, ahora más que nunca, las grandes empresas de publicidad comprueben dónde se encuentra la seriedad y dónde lo efímero.
“Metro” será el primero de los siguientes recortes o desapariciones de las ediciones de periódicos gratuitos, que por cierto, ya antes de la crisis se enfrentaban en España a un problema de masificación —con cuatro cabeceras— reconocido hasta en los análisis de mercado de sus encuentros congresuales.