Recientemente los editores, distribuidores y las Asociaciones de Vendedores de Prensa más representativas de nuestro país nos sentamos en la misma mesa y se firmó un principio de acuerdo para tratar de conseguir que las promociones con cartilla de los periódicos se entregaran a través de nuestros puntos de venta marcando así una nueva etapa en las relaciones entre éstos, abriendo una puerta para nuevas negociaciones sobre aspectos fundamentes para la supervivencia de nuestros negocios.
En esa mesa se encontraba también el grupo Vocento, al que pertenece el periódico LAS PROVINCIAS y ASIP, al que pertenece AS y también firmaron ese acuerdo que marcaría un antes y un después en las relaciones entre editores, distribuidores y vendedores de prensa de nuestro país.
De esto hace apenas dos meses y para estos dos grupos ha sido imposible mantenerlo.
Mientras hay editores que con inteligencia llaman al quiosquero “El rey de mi barrio”, otros tratan de comérselo por los pies y se entretienen maquinando medidas a las que llaman “económicas” que atentan claramente contra sus intereses, jugando con su dinero y menospreciando su trabajo.
El ejercicio desmedido del poder para lograr los objetivos, es uno de los síntomas característicos de una empresa que padece el denominado “síndrome de Goliat” y todos sabemos lo que le pasó al grandullón de Goliat frente al pequeño David.
No hay enemigo pequeño.





