No nos cansaremos de repetir que la presencia de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA) ha representado —y representa— un aldabonazo a muchas conciencias en aras a conseguir que los trabajadores autónomos sean un colectivo respetado y valorado.
Esa idea de corporativismo —o de solidaridad estructurada, por si alguien tiene injustificado pánico a determinadas palabras—, que hemos defendido y defendemos desde elkiosco.info, tiene un magnífico valedor en una agrupación que está consiguiendo importantes avances en una enorme franja de nuestra sociedad que, años atrás, iba dando tumbos entre la perplejidad y el abandono.
Gracias a ATA y a otras asociaciones de profesionales autónomos se va a conseguir el Estatuto del Trabajador Autónomo en pocas semanas o, lo que es lo mismo, una serie de derechos hasta aquí negados o reconocidos en su mínima expresión. Pero no queda ahí la cosa. Lorenzo Amor, presidente de ATA, ha hecho llegar recientemente, a los representantes de los partidos parlamentarios mayoritarios, una batería de propuestas “para consolidar el trabajo autónomo” ante las próximas elecciones municipales y autonómicas.
El documento recoge 32 propuestas que centran su interés en que sean ahora los gobiernos autónomos y municipales los que asuman la responsabilidad de dar forma a esos derechos que el Estado está a punto de reconocer.
Entre estas propuestas de cara a la convocatoria electoral próxima, destaca la creación de “observatorios territoriales de comercio”; una mayor inspección en los llamados “comercios de proximidad” —regentados fundamentalmente por inmigrantes— y que ATA quiere que compitan en igualdad de condiciones con los comercios que gestionan los trabajadores nacionales, evitando situaciones de competencia desleal, economía sumergida y fraude en la contratación; un mayor nivel de seguridad ciudadana; la inmediata creación de la “oficina de asesoramiento de nuevas tecnologías”; la creación y mantenimiento de un “portal cultural preventivo”; una línea de ayudas para favorecer la conciliación de la vida familiar y laboral, por maternidad o adopción; la creación de los Consejos autonómicos del trabajo autónomo; la creación de una dirección general del Trabajo Autónomo, dependiente del Ministerio de Trabajo y, por último, la puesta en marcha del “teléfono del autónomo”.
Para la cúpula de ATA es imprescindible, además, un trato fiscal favorable —después de tantas décadas de abandono— a los trabajadores autónomos, ya que éstos crean, nada más y nada menos, que el 60% del empleo fijo y coadyuvan en un 70% en la conversión de trabajo temporal en trabajo fijo. En este sentido, esta asociación propone una subvención de 5.000 euros de ayuda por la creación de un nuevo puesto de trabajo fijo. Así mismo, se considera que es imprescindible para los autónomos la inmediata supresión del impuesto de sucesión para familiares directos, impuesto sumamente gravoso que en no pocas ocasiones impide la transmisión de padres a familiares directos de un negocio. ATA, por último, aboga por la reducción del impuesto de bienes inmuebles (IBI) para los locales donde desarrollan su actividad laboral los autónomos.