La crisis generalizada que estamos sufriendo no distingue ni sectores ni escalafones del tejido industrial y comercial de nuestra sociedad. Es evidente. La crisis es un pez que se muerde la cola. Afecta a las empresas grandes pequeñas, autónomos, asalariados, etc. Nadie se libra de esta situación de falta de prosperidad. Y a su vez todo se retroalimenta, negativamente claro.

Los grandes grupos editoriales de prensa escrita no son una excepción, están sufriendo, en mayor o en menor medida, convulsiones derivadas de la crisis que afectan a su estructura empresarial. Todo se origina en el descenso de la publicidad. El mayor porcentaje de ingresos de un periódico proviene de la publicidad. Cuando esta fuente reduce su flujo todo el entramado financiero se resiente. Se dice que la publicidad en los diarios sufrirá para el 2009 una bajada del 30%, unos 400 millones de euros. Durante el pasado 2008 el descenso ya fue de unos 300 millones.

Las grandes cabeceras llevan meses haciendo recortes de plantilla. Nadie sabe todavía lo que los ajustes de empleo de los grandes grupos editoriales conllevará para todo el sector. Pero si estos mega-grupos están soportando enormes dificultades, ¿qué podríamos deducir sobre lo que les espera a los diarios regionales y de carácter local? Lo tendrán muy difícil, por no decir imposible.

Los líderes del empresariado en comunicación -Unidad Editorial, Prisa, Planeta, Zeta y Vocento- están con auténticas guerras internas de personal. Despidos y EREs en todas ellas. En unos casos recortes de plantilla y salidas voluntarias pactadas y en otros casos reducciones puras y duras, con movilizaciones del personal a la vista. Hasta los autónomos de la agencia EFE están en conflicto con la empresa.