Tal y como anunciamos el pasado miércoles día 7 comenzó en nuestra Asociación un curso impartido por el coach Rafael Segador Castaños, denominado “Cambio de mentalidad, un proceso consciente”, totalmente gratuito para nuestros asociados. El curso tiene una duración de 3 meses y se imparte los miércoles de 16,00 a 18,00 h.
Desde estas páginas queremos agradecerle su buen hacer y el habernos dado la posibilidad de compartir.
A continuación transcribimos íntegramente un artículo redactado por él para publicarlo en nuestra revista que resume el contenido y la finalidad de este curso.
“Para resolver un problema, hay que pensar con un nivel superior de pensamiento con el que se creo” Albert Einstein.
La compleja interacción existente entre la mente y el cuerpo ha sido materia de estudio en todos los tiempos. En la actualidad, y con un enfoque científico, son muchos los grupos de investigación existentes en los mejores hospitales y universidades del mundo dedicados a estudiar este tema.
La posibilidad de estudiar la interacción existente entre mente y cuerpo, nos abre un abanico de posibilidades al campo de la búsqueda de cómo nacen las nuevas posibilidades de reinventarse, crear oportunidades y aprender a vivir.
Siempre me gusta poder acercar al lector, a las nuevas posibilidades, empezando con un breve aprendizaje a través de un pequeño cuento:
Un antiguo indio Cherokee dijo a su nieto, “Hijo mío, dentro de cada uno de nosotros hay una batalla entro dos lobos. Uno es Malvado: es la ira, la envidia, el resentimiento, la inferioridad, las mentiras, el ego. El otro es Benévolo: es la dicha, la paz, el amor, la esperanza, la humildad, la bondad, la empatía, la verdad”.
El niño pensó un poco y preguntó: “¿Abuelo, que lobo gana?” El abuelo respondió: “El que alimentas, hijo”
Si nos adentramos en el origen y buscamos cual es el nexo de unión entre todo, podemos acercarnos a una nueva propuesta para poder entender este complejo mundo.
El ser humano desde que nace se ve inundado por tres grandes acontecimientos:
* La educación.
* La formación.
* Las experiencias.
Si observamos a cualquier ser humano, nadie se puede librar de esto. A través de esto, el individuo crea en sí mismo, el vehículo que va a definir cómo esta persona se relaciona con su entorno. A este complejo nido de interacciones lo definimos como Base de Creencias.
Nuestra Base de Creencias, lo que al final nos permite, es relacionarnos de una forma determinada con el entorno en base a la triada mencionada anteriormente, por ello, determinan como abordamos las diferentes circunstancias a las que cada día nos enfrentamos. Este compendio genera en nosotros la posibilidad de tener una capacidad resolutiva, que en algunas ocasiones nos hacen sentir bienestar y en otras ocasiones malestar. Dando paso a que el observador que somos, entienda esos eventos de vida como situaciones de estrés, derivando estas en sus consecuentes emociones y estados de ánimo.
Vivimos en un mundo de relaciones, todo está basado en cómo nos relacionamos con nuestro entorno. Pero hemos de pensar que no sólo es importante cómo nos relacionamos con nuestro entorno, sino también hemos de pensar cómo nos relacionamos con nosotros mismos. ¿Nos cuidamos cada día?, ¿Nos respetamos?, ¿Nos amamos?, ¿Tenemos claro quienes somos?, ¿Qué es lo que queremos en esta vida?, ¿Hacia donde vamos?…
En cuanto entendemos que nuestra Base de Creencias, determina no sólo como nos relacionamos con nuestro entorno, sino determina como nos relacionamos con nosotros mismos. Entramos en un proceso de aceptación y responsabilidad del cual hasta el día de hoy nunca nos habíamos planteado.
Hemos de pensar que tanto las situaciones de estrés, como las implicaciones emocionales que estas conllevan, son una consecuencia de cómo procesa nuestra mente. Y si tenemos claro que nuestra mente procesa en base a la educación, formación y experiencias vividas, probablemente podamos llegar a la conclusión, de que el resultado del estrés y las emociones que vivimos día a día, son responsabilidad única y exclusivamente nuestras. Ya que procesamos, resolvemos y elegimos en relación a nuestra Base de Creencias.
Ante este nuevo planteamiento, la gran noticia, es que tanto la educación, como la formación, cómo las experiencias, son procesos dinámicos y sólo está en nuestras manos el poderlos cambiar.
Frente a este planteamiento, el coaching se abre camino. Nos plantea las siguientes posibilidades:
Descubrir quien soy.
Saber cual es la base de creencias que yo tengo.
Entender que mi vida se compone de diferentes áreas, y para poder entender cómo me relaciono con éstas, he de saber como me relaciono conmigo mismo.
Sabiendo esto podré acercarme a replantear cuales son aquellos valores fundamentales que hay en mi, cuales elijo seguir teniendo, de cuales elijo deshacerme, cuales elijo incluir y de todos, cuales van a ser los pilares fundamentales de mi SER.
Cuando nos replanteemos todo este proceso personal, tendremos la posibilidad de crear una prolongación del nuevo observador que somos al resto de áreas de nuestras vidas.
En nuestra vida, nos encontramos 10 áreas fundamentales:
La pareja.
Los hijos.
La familia.
Los amigos.
El ámbito laboral.
La gestión económica.
La gestión del tiempo.
El ocio.
La Fe.
La salud.
En todas ellas el secreto está en conocer bien nuestra base de creencias, que es lo que nos va a permitir entender, cómo nos relacionamos con nosotros mismos y al mismo tiempo, eso nos va a definir, cómo nos relacionamos con el resto de áreas que componen nuestras vidas.
Cerrar este apartado sin hablar de los dos grandes enemigos del aprendizaje del ser humano, sería como un buen plato de jamón ibérico y queso curado, sin un buen vino tinto, por ello vamos a mencionarlos:
EL MIEDO.
LA PROCRASTINACIÓN.
Para ello primero, tenemos que entender que la mente siempre va a buscar un estado de supervivencia, de hecho para eso está creada, para mantenernos en un estado de alerta. Pero una cosa es que nos acompañe en el camino, nos permita pensar, razonar y discernir, y otra es que dejemos que esta se apodere de nosotros, pasando a estar gobernados por ella.
La mente es una herramienta ejemplar, pero no la mejor que tenemos. Se convierte en excelente cuando deja de limitarse, es decir, no se paraliza por los miedos que nos creamos, centralizados todos ellos en nuestra base de creencias. Y además, deja de sabotearse a través de la procrastinación. Entender que vivimos en tiempo presente, nos permite vivir el ahora y dejar de pensar que existe un mañana. Hemos de quedarnos con lo siguiente: “Las elecciones del presente, son los resultados del mañana”.
Saber cuales son nuestros mayores enemigos es muy importante, ya que nos hacemos conscientes de ello y podemos detectarlo en nosotros cada vez que acontezcan. Pero también es importante saber donde reside nuestro mayor poder de acción.
Algo en lo que el ser humano, desde que nacemos, en el proceso educativo hace mucho hincapié, es en la responsabilidad. Dentro de este marco, se busca desde que somos bien pequeños, que seamos responsables. Y yo pregunto ¿Qué es ser responsable?…Cada uno de los lectores se hará su composición de este concepto. Y si tuviésemos la posibilidad de estar en una formación y cada uno de vosotros plantease su propia definición sobre la responsabilidad, nos daríamos cuenta de cuanto difiere de unos a otros, la maravillosa base de creencias que poseemos.
Con el objetivo de darle poder a este y otros conceptos, voy a daros mi versión de que es la responsabilidad, evidentemente en relación a mi Base de Creencias. Partiendo del postulado de que “la verdad no existe”, ya que vivimos en un mundo de interpretaciones, yo entiendo la responsabilidad como EL ACTO DE ELEGIR.
Compañeros y compañeras de camino, ahí es donde reside todo el PODER del SER HUMANO, en el ACTO DE ELEGIR. En el momento en el que elegimos una cosa u otra, estamos trazando un camino en nuestro proceso personal de aprendizaje, donde somos libres, donde elegimos con miedos y sin miedos, pero siempre siendo conscientes de que es nuestra responsabilidad plena. Cuando nos hacemos conscientes de que lo que elegimos genera resultados y estos no son más que LO QUE SON, podemos entender que nos alejan o que nos acercan a nuestros objetivos en la vida, pero en todo momento SON LO QUE SON, una fuente de aprendizaje y evolución.
Y muchos de vosotros os preguntaréis: ¿Y dónde quedan las emociones y los sentimientos? Muy sencillo, están ahí, tenemos que ser conscientes de ellas, ya que siguen siendo una fuente de aprendizaje, de poder y de creación para nosotros. Una emoción o sentimiento que produce malestar o bienestar, va acompañada con el resultado de una elección. Por ello siempre se transforma en la posibilidad de aprender. La gran reflexión que tenemos la oportunidad de plantear es: “Deja de preocuparte y ocúpate”.
Una vez tenemos el resultado de una de nuestras elecciones, no nos importa cómo elegimos en el pasado, si no cómo vamos a reformular nuestra forma de elegir en nuestro presente, si aquel resultado que obtuvimos, no nos lleva hacia donde queremos ir. Nuestra atención debe depositarse en la oportunidad del aprendizaje, no en la emoción creada por el resultado obtenido. Siempre pensando que el resultado se entiende como un nuevo problema a resolver, con su correspondiente emoción, por ejemplo, sentimiento de culpa. Por ello nuestra atención siempre ha de ir dirigida a la resolución y el aprendizaje, nunca a paralizarnos en la emoción negativa que nos consume.
Los tiempos de crisis, son momentos, en los que tenemos la oportunidad de mostrar el arte de la creatividad que tiene el ser humano. La posibilidad de crear nuevas posibilidades, saliéndonos de la norma, de lo establecido, de lo que el contexto socio-cultural nos marca, es lo que nos va a permitir reinventarnos, poder abrir nuevos caminos y crear oportunidades reales.
Muchos de los lectores os preguntaréis ¿Y cómo se hace eso? Y yo os pregunto, ¿Dónde estabais cuando empezasteis a leer el artículo?…Simplemente hay que volver atrás y empezar de nuevo.
El mundo del coaching abre nuevas perspectivas, nuevas posibilidades… nos aporta un sin fin de herramientas que nos permiten transformar el observador que somos, aumentar nuestra capacidad de resiliencia, ser flexibles y al mismo tiempo poderosos, creer en nosotros mismos y conseguir evolucionar de lo que ha marcado el S-XX, el Homo Sapiens, a lo que está definiendo y marcando el S-XXI, el Homo Amans.
El pensamiento evoluciona del competir al compartir. Nos tenemos que quedar, con que: compartir, es evolucionar desde al amor y competir, es sobrevivir desde el pensamiento.
“Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo” Albert Einstein.
Rafael Segador Castaños.
Health Coach.
COACH PRODUCTION, S.L.
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