En Málaga, tres compañeros han iniciado una huelga de hambre en la puerta de la Delegación del Gobierno de la Junta de Andalucía.

Como ya adelantó elkiosco.info el 12 de abril de 2007, las obras de expansión de la red de metro en la capital andaluza, habían provocado una honda preocupación entre los compañeros de la Asociación de Vendedores de Prensa de Málaga y Provincia (AKIMA). Jerónimo Núñez, su presidente, llegó a decir en su momento que la situación estaba cargada de una gran confusión, por lo que respecta a las adjudicaciones y posibles ubicaciones como consecuencia de las obras.

Según diversas informaciones de última hora, tres quioscos de la zona de la avenida Velázquez, se han visto literalmente “encajonados” por dichas obras, concretamente de la línea 2 del metro. Ello ha llevado a sus titulares a una situación de caída de ventas y de pérdidas insoportables, que dura ya cinco meses. Estos compañeros únicamente solicitan que la Administración sea sensible a la situación coyuntural por la que pasan, y que, de alguna manera, les ayuden a hacer frente a la quiebra de sus negocios. Los compañeros afirman que han tenido que echar mano de sus ahorros para afrontar la situación, pero al final éstos también se han acabado y, al final, están siendo ayudados por sus familiares directos.

Tanto la Junta de Andalucía como la Oficina del Metro han tenido hasta aquí la misma posición: “no hay respuesta”. Ni siquiera han propuesto una solución viable. Aparte de las pérdidas irreparables, y para colmo de males, uno de los quioscos ha llegado a sufrir desperfectos a causa de las obras y, sin embargo, ninguno de los organismos se ha responsabilizado.

Jerónimo Núñez ha exigido públicamente que la Junta de Andalucía se haga cargo del pago de los impuestos de los compañeros afectados durante el tiempo que duren las obras del metro, y los compañeros de AKIMA no descartan convocar una huelga general en solidaridad con los quiosqueros en huelga de hambre.

Una vez más, podemos observar cómo la importancia de los puntos de venta dentro del tejido social y comercial de nuestras ciudades es ninguneada por las administraciones públicas y percibimos, con no poca indignación, que cuando se trata de otro tipo de negocios aparecen por doquier “sensibilidades” y “preocupaciones” que, por lo común, se niegan al profesional del punto de venta.

Ni qué decir tienen que, desde esta tribuna digital, enviamos nuestro apoyo y solidaridad a los compañeros de la capital de la Costa del Sol que, en estos momentos, están sufriendo un incalificable atropello.