Las últimas noticias aparecidas en los distintos medios de comunicación —prensa, internet, radio, blogs,…— presagian para el mundo de la prensa escrita un escenario acorde con la situación actual de crisis que padecemos, es decir, nada prometedor. La crisis es una pescadilla que se muerde la cola. Cuando la situación económica es negativa se desencadena una espiral de adversidad geométrica. No hace falta extendernos, todos sabemos a lo que nos referimos.

En este artículo y en próximos narraremos lo que la vorágine económica está produciendo en el sector de la venta de prensa. Por lo pronto vemos como la recesión de las inversiones en publicidad en todos los medios de comunicación social se están cebando en el eslabón más débil. Nos referimos a la prensa gratuita. Y cuando decimos débil no lo hacemos desde ningún concepto solidario, que conste, porque para los vendedores de prensa los gratuitos han significado un quebradero de cabeza como producto editorial que para lo único que ha servido ha sido para alejar a algunos lectores del hábito de la lectura y compra de los diarios y revistas tradicionales.

En próximos artículos hablaremos de otros aspectos y de las previsiones a corto plazo de la prensa de pago y sobre lo que se cuece en las noticias de internet al respecto. Expondremos, nuevamente, las medidas que creemos que desde los vendedores de prensa se deben de adoptar para paliar —y contrarrestar en la medida de lo posible— la negatividad que se cierne en torno al sector de la prensa de calidad, la prensa de pago. Pero ahora vayamos al tema de la prensa gratuita.

Este tipo de periódicos nunca han sido, en esencia y en nuestra opinión, prensa escrita en el sentido más tradicional del término; siempre hemos pensado que se trataba de productos de gestión de publicidad adornado con informaciones de consumo rápido y directo.

Cuando la crisis económica ha debilitado el sistema de las aportaciones de las empresas a las partidas correspondientes a la publicidad, los primeros que se resienten son los medios de comunicación que más dependen de ella, es decir, los gratuitos. Por encima del 20% está cayendo la inversión de publicidad en la prensa de pago, y por encima del 15% en el caso de los gratuitos. Sin embargo, la dependencia exclusiva de los gratuitos hace que la crisis le afecte, en este sentido, de forma más negativa.

Los EREs —expedientes de regulación de empleo— en los gratuitos (QUE!, 20 MINUTOS, METRO DIRECTO, ADN, …) están a la orden del día. Afectan al personal administrativo, comerciales o redactores y a gastos de distribución, material, comunicaciones, colaboraciones, etc. Sin lugar a dudas, el presente año 2009 no va a ser un buen año para el gremio de los periodistas de ediciones gratuitas, ya que la destrucción de empleo en ese sector parece imparable.

El año 2009 y al margen de otras consideraciones, se constituye como el año del declive de la prensa gratuita, un aspecto que a los vendedores de prensa y tras constatar que tras ellos están las grandes empresas editoriales, no nos produce ninguna pena.