El pasado 22 de julio el diario EL PAÍS publicó un artículo en el que se informaba que a través de Kindle, el popular lector de libros, se permitirá la suscripción electrónica del periódico. Todo ello a través del acuerdo suscrito entre el Grupo PRISA y la multinacional Amazon, que incluye también a los diarios AS y CINCO DÍAS.
EL PAÍS se complace en presentar este acuerdo indicando que “vuelve a ser pionero en el lanzamiento de innovaciones tecnológicas”, algo que nosotros, los vendedores de prensa, interpretamos en sentido totalmente negativo, algo así como el comienzo de una progresiva aniquilación de los puntos de venta, sobre todo si empiezan a proliferar este tipo de aparatitos y este tipo de acuerdos sustitutivos del papel prensa.
Desde hace mucho tiempo los quiosqueros hemos percibido una cierta hipocresía por parte de las empresas editoras, sobre todo cuando han afirmado hasta la saciedad aquello de que “la red de ventas es nuestro pilar imprescindible”. De todos es conocido los pertinaces intentos de medios diversos para reducir los gastos que les genera la red de ventas y de esta forma engrosar la cuenta de resultados, aunque ello conlleve dejar fuera al distribuidor y a los puntos de venta. Así generan más ingresos directos. Ante estas prácticas a los quiosqueros sólo nos queda el derecho al pataleo, pero que conste que no nos chupamos el dedo. Sabemos de sobra lo que para ciertas empresas editoras significa ser pionera en innovaciones tecnológicas.
En este caso, PRISA, sin ningún tipo de remilgos, se enorgullece de “ser pionero” en esta nueva edición de los periódicos EL PAÍS, AS y CINCO DÍAS “sin tinta ni papel” —titula— y añade que el dispositivo en cuestión —el Kindle— promoverá “nuevas formas de distribución”. Efectivamente se trata de una forma de distribución en la que a través del aparatito la información va directamente desde la redacción del periódico al lector, sin intermediarios de ningún tipo, previo pago de la correspondiente tasa por descarga. Todo limpio de polvo y paja. Bueno, pues que sepan que nosotros deseamos que esta nueva forma de distribución de la información —incluido el aparatito— fracase.





