La Seguridad Social quiere empezar a negociar las cuotas ‘en dos semanas’.

Según avanzó el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones , a lo largo de este mes de septiembre van a tener lugar encuentros con las diferentes organizaciones representativas de los autónomos, con el fin de negociar las nuevas tablas de cotización para 2026.

La ministra concretó también que se convocará a estas asociaciones –previsiblemente ATA, UPTA y UATAE–, así como a los sindicatos, en las próximas dos semanas. Todo ello con el fin de “seguir dando pasos para continuar desplegando la reforma del sistema de cotización por ingresos reales”.

ATA ha avisado que no se sentará a negociar las nuevas cotizaciones para los autónomos, a no ser que la Seguridad Social solvente los errores en el sistema que han afectado a miles de trabajadores por cuenta propia –sobre todo en pluriactividad– o los problemas con el acceso al cese de actividad.

Esta Asociación avisa que, a cuatro meses para finalizar este ejercicio, no hay plazo suficiente ni para abordar todos los problemas del sistema de regularización (solo se ha hecho la de 2023), ni para arreglar los problemas de prestaciones como el cese, o el subsidio para mayores de 52, que deja fuera a todos los autónomos.

Uno de los problemas que  llevan años señalando es la dificultad que tienen los autónomos para acceder al paro, es decir, a la prestación por cese de actividad. Del mismo modo que nadie entendería que un asalariado sea despedido y no pueda cobrar el desempleo, según explicó el presidente de ATA, es “inadmisible” que seis de cada diez trabajadores por cuenta propia que cierran su negocio vean denegado el cese de actividad.

Otra de las tareas pendientes es la reforma fiscal, cuya mesa de negociación lleva dos años bloqueada, donde deberían haberse pactado algunas medidas de calado para los autónomos, como por ejemplo la implantación del régimen de IVA franquiciado, para que los trabajadores por cuenta propia con menos de 85.000 euros de facturación puedan dejar de pagar este impuesto, como ya lo hacen sus homónimos europeos.

A esto se añaden otras reformas, que deberían ir de la mano, como la revisión de los gastos deducibles, para que los autónomos puedan realmente acceder a deducciones como la del vehículo, de las que ahora quedan excluidos por su difícil justificación. Junto a ellas, se revisaría también el sistema de módulos para negociar un sistema transitorio hacia su eliminación, con un método similar al que ya ha aplicado el País Vasco.

A juicio de los expertos consultados y a la vista de todos los temas pendientes de abordar es improbable que en sólo cuatro meses se pueda llegar a un acuerdo. Por lo tanto, y de prorrogarse las mismas tablas que hay ahora mismo para 2026, los autónomos seguirían teniendo las mismas bases mínimas y máximas y las mismas cuotas según sus ingresos reales.