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Ángel Valle: “¿Qué ocurrirá con los influyentes medios de comunicación si los lectores dejan de acudir a los quioscos?”

De muy interesante podemos calificar el artículo de Ángel Valle que bajo el título “PERIÓDICOS, ¿DINERO O PODER?” publicó el diario LA RAZÓN el pasado jueves 18 de febrero. Un artículo que analiza discursos y opiniones sobre el futuro de la prensa y la relación directa que tiene para los medios influyentes de comunicación si los lectores dejan de acudir a los quioscos.

Ángel Valle se pregunta sobre la causa por la que todos los grandes medios de comunicación tratan, a toda costa, de tener su propio periódico de información general y dice “¿por qué ese interés por un soporte que muchos consideran condenado a desaparecer?, ¿por qué apostar por el papel pese a la creciente disminución del número de lectores?”. Él mismo responde que algo tendrán los periódicos que no tienen ni los “blogs” ni los diarios digitales. “Ese algo, -argumenta- aunque difícilmente definible, tiene mucho que ver con el prestigio, la influencia, la credibilidad o la capacidad de crear opinión, conceptos que van más allá de las cifras de difusión o del número de ejemplares vendidos.”

Pero puestos a buscar las claves del presente y futuro de la prensa escrita reconoce que “los periódicos son empresas y, como tales, su supervivencias responde a criterios puramente empresariales. Es decir, si no se venden periódicos, no entra publicidad, y si no entra publicidad no hay ingresos económicos.” Pero apunta a otro aspecto muy interesante y al que no podemos dejar de lado y es la influencia y el poder que puede ejercer un gran medio de comunicación, “ese privilegio de hacer mella en el poder”. Por eso indica que “más allá de la rentabilidad de The Economist, The Wall Street Journal o Financial Times, su poder no radica en su cuenta de resultados, sino en su capacidad para hacer tambalearse un gobierno por un editorial crítico con su política económica o en su poder para hacer subir o bajar las principales bolsas mundiales por una noticia o un artículo de opinión.”

Pero por otra parte Ángel Valle no deja de reconocer que la situación que nos puede deparar el futuro es bastante indefinida y se pregunta “¿pero, qué ocurrirá con todos esos influyentes medios si los lectores dejan de acudir a los quioscos?”. Una situación que considera poco probable porque dice que siempre habrá un “núcleo duro” de lectores de periódicos que serán “una especie de élite cultural económica y política mejor informada y, probablemente, mejor formada, con mayor capacidad de decisión y con altas cotas de poder.”

A estos últimos racionamientos del artículo de Ángel Valle, nosotros como vendedores de prensa, añadiríamos que precisamente para mantener ese estatus de calidad en la prensa escrita su difusión no puede ser tan minoritaria que la red de ventas y distribución sea tan escasa que se acerque a la nulidad. Si los puntos de venta, los quioscos, no están al alcance del lector, difícilmente la influencia de un medio de comunicación puede llegar al ciudadano de una forma eficaz. Por eso los grandes medios de comunicación deberían tener un mayor cuidado en mantener y mimar a la red de ventas, al quiosco tradicional de prensa. Ese núcleo duro de lectores podrá recorrer tres manzanas de edificios para comprar su diario, pero no recorrerá cinco kilómetros en busca de un quiosco abierto. Desistirá o buscará la información en otro canal.

Concluye el artículo de Ángel Valle con su premonición -que compartimos y deseamos- de “que los periódicos para entonces sean más parecidos a dosieres o informes que a lo que conocemos ahora es algo que sólo el futuro nos dirá, pero que seguirán ahí, no me cabe duda.”

Como decíamos, un interesantísimo artículo de opinión que analiza la relación de los periódicos con los grupos de comunicación y su perspectiva de futuro y la presencia de ese medio en los quioscos de venta de prensa.