Queremos reproducir en parte un artículo publicado recientemente en la revista XL Semanal del periódico ABC que dice mucho de nuestros quioscos y de los vendedores de prensa de diferentes puntos de España.

Resisten. Afectados por el empuje de la prensa digital, los servicios de mensajería y hasta la pandemia, muchos tuvieron que cerrar, pero los quioscos siguen siendo el corazón del barrio, un lugar de encuentro que aspira a reinventarse y algunos lo han conseguido.

Es muy importante que los quioscos sigan vivos. Generan comunidad.

Desde Santander una quiosquera que lleva menos de un año en su negocio relata la trayectoria de su anterior dueño, que cuando empezó a pensar en la jubilación, después de toda la vida como vendedor de prensa, comenzó a buscar a alguien que pudiese seguir en él. Se quedaron este negocio su marido y ella. Abren a las 7 de la mañana y tienen un repartidor. Cierran sobre las 20,30 h. Se turnan para descansar o tomar un café. Cuenta que en un quiosco la gente es muy cercana, el quiosco tenía una clientela fiel. Venden prensa, local sobre todo, también cromos, colecciones. Ella ha intentado darle su toque personal y poco a poco ha ido cambiando la estética.

Otra quiosquera, ahora de Madrid, cuenta que lleva toda la vida en él, heredado de su padre que comenzó justo después de la guerra civil. De pequeña ella le ayudaba, hacia repartos, traía paquetes… y cuando él murió se hizo cargo su madre y al jubilarse lo cogió ella, tenía 22 años. Comenta que le encanta el trato con el público, pero que no es lo que era. Se vende poco, hay muchos problemas con los distribuidores, con los bancos, que ahora no quieren coger las monedas. Cuenta que en Madrid hace 15 años había 800 quioscos y hoy solo son 312.

Desde Barcelona, otro vendedor de prensa, dice querer cambiar la narrativa de que el quiosco está muriendo. Tiene cuatro quioscos en la ciudad, uno en Valencia y otro en Madrid. Comenta que este año han dado un salto internacional, a Marsella. El nombre de sus negocios es Newss Coffee y la idea surgió en 2017. Pasó mucho tiempo investigando, visitando quioscos, entendiendo porque cerraban. En Barcelona concretamente se convirtieron en tiendas de recuerdos, con camisetas del Barça o sombreros de mariachis. Somos un equipo internacional los que regentamos estos quioscos, un argentino, un italiano especialista en café y un experto en marketing. Eligen las revistas con mucho cuidado. Al principio les pedían prensa del corazón, que no tenemos. Ahora café y prensa es una simbiosis perfecta. Proyectos como estos cambian esa narrativa negativa de que el quiosco está muriendo. Crean puntos de encuentro donde se generan minirelaciones. New York fue la ciudad que le inspiro esta idea.

En Murcia, otro quiosquero que lleva 35 años al frente de su negocio. Abre los 7 días de la semana, 14 horas diarias. Son tres personas en el quiosco. La ubicación es muy importante, por supuesto. Estamos en el centro de la ciudad en la puerta de un centro comercial, También cuenta que son muchos los quioscos que han cerrado. Dice que ha hecho un esfuerzo muy grande para fidelizar a los clientes. En cuanto llega un pedido o una colección, manda un WhatsApp, tiene web, redes sociales……

O te reinventas o te mueres.