El presidente de la República francesa, Nicolas Sarkozy, se enfrentó el pasado martes a las preguntas de una multitudinaria conferencia de prensa en el Palacio del Elíseo de París. Muchos fueron los temas que abordó en esta su primera comparecencia desde el triunfo en las pasadas elecciones presidenciales del mes de mayo.

Pero a nosotros lo que nos interesa destacar es la reflexión que tuvo con respecto a la crisis de la prensa escrita. Sarkozy sostuvo que el verdadero problema de la prensa radica en su distribución. “Ya no hay quioscos ni es fácil encontrar los diarios. Ahora tienes que coger el coche o el metro para comprarlo”, comentó Sarkozy a los más de seiscientos periodistas presentes en la conferencia. Se refiere, claro está, a Francia, pero la reflexión puede extrapolarse perfectamente a lo que está sucediendo en España.

No podemos dejar de coincidir con esta opinión de Nicolas Sarkozy. Y, sobre todo, hay que subrayar el porqué de esta paulatina desaparición de quioscos de prensa en las ciudades. Lo que el presidente francés deja claro —porque es evidentísimo— es que, a medida que los quioscos desaparecen como red de distribución de la prensa, la implantación y la llegada de los diarios a los lectores se resiente de manera indefectible. Es decir, la falta de implantación comercial de puntos de venta, hace que comprar y leer un diario en algunas zonas de las capitales y poblaciones importantes se convierta prácticamente en un imposible.

En los últimos tiempos, se ha producido un fenómeno de cierres que ha afectado a determinados países de Europa occidental, con espacial incidencia en Francia y España. Es una situación que los quiosqueros, el eslabón final de la cadena de ventas, conocemos perfectamente.

No son pocos los casos de vendedores que, aunque mantienen el resto de la oferta comercial del quiosco, abandonan la venta de prensa por las muchas dificultades y problemas que acarrea. En otros casos es el relevo generacional el que provoca el cierre de los puntos de venta. Sólo los quioscos más rentables son los que sobreviven a todos estos avatares.

Las palabras de Sarkozy muestran la triste realidad que implica que muchos ejemplares nunca lleguen a venderse. A todo ello hay que añadir, además, la presencia de los “gratuitos” y la progresiva implantación de la red internet.

La red de quioscos ha sido, tradicionalmente, una de las más numerosas, aunque lentamente está dejando de serlo. Esto es evidente.